Apertura de Cadera
La cadera es la mayor articulación del cuerpo y nos permite mantenernos erguidos y caminar.
Permanecer demasiado tiempo sentados o realizar ejercicio intense puede generar inmovilidad y ocasionar dolor o tensión en la zona de la cadera. Pudiendo producir dolor en la zona lumbar, desalineamientos en la columna e incluso lesiones.
Movilizar, abrir y lubricar la articulación de la cadera nos ayudará a disminuir las tensiones físicas, emocionales y energéticas. Tener unas caderas sanas, protegerá nuestras lumbares y nos mantendrá ágiles.
Las caderas representan nuestras emociones más profundas se dice que éstas se acumulan en nuestras caderas.
El segundo Chakra, Svadhistana se encuentra por debajo de nuestro ombligo, conecta con las caderas, la pelvis y la parte baja de la espalda. Este Chakra está asociado a nuestras emociones, creatividad, sexualidad y deseo. Está asociado con el elemento agua, la energía de Svadhistana es una energía fluida y sensual. Si se encuentra en equilibrio nos sentiremos equilibrados emocionalmente, seremos capaces de estar sincronizados con nuestros sentimientos y fluiremos con el universo. Tendremos unos órganos sexuales sanos y nuestras hormonas se encontraran en equilibrio. Si por lo contrario, la energía en este Chakra no fluye con normalidad nos sentiremos rígidos, con falta de movimiento, con miedo a la sexualidad o a expresarnos emocionalmente o creativamente, si hay un exceso de energía nos gobernarán las emociones y estaremos hipersensibles. Movilizando las caderas ayudaremos a que la energía vuelva a fluir en esta zona.
Las lesiones de cadera, pelvis, lumbar y la articulación sacroiliaca son desafortunadamente las más communes en la practica de yoga, consulta con tu médico si tu lesión empeora con la práctica. La cápsula, la estructura osea, los ligamentos, el cartílago soportan la carga, y éstas tienen una vida útil determinada para para manejar este tipo de estrés.
Realiza las posturas de esta secuencia sin ir al límite de tu flexibilidad y estiramiento, muévete con conciencia y escuchando tu cuerpo, siempre respetando sus límites. Presta atención a tus rodillas y evita poner demasiado estrés en ellas.