Yin Yoga
El Yin Yoga es una práctica que comenzó a finales de la década de 1970 por el profesor de artes marciales y Taoista Paulie Zink y que se desarrollo en America del Norte y en Europa por maestros como Paul Grilley, Sarah Powers y Bernie Clark.
Se trata de una práctica más pasiva destinada a estirar el tejido conectivo profundo, los ligamentos, las articulaciones, los huesos y la fascia… Con un enfoque más meditativo a través de posturas más sencillas, mantenidas durante largos periodos de tiempo se consiguen beneficios que no están tan presentes en la práctica de otros estilos de Yang yoga más activos como el Ashtanga o el Hatha Vinyasa, donde se trabaja la musculatura “superficial”.
En una clase de Yin Yoga practicaremos posturas que normalmente mantendremos durante 3 o 5 minutos, estas posturas son más “simples” y generalmente se realizan sobre el suelo. Podremos hacer uso de elementos de apoyo como bloques, mantas, bolsters, etc. para sentirnos más cómodos en cada postura.
Con el paso del tiempo perdemos movilidad en nuestras articulaciones y nuestros huesos empiezan a perder densidad y volverse más frágiles, la fascia se vuelve más rígida; el Yin yoga nos ayuda a combatir los efectos del tiempo en nuestro cuerpo.
Los beneficios del Yin Yoga no solo se centran en el cuerpo físico, también trabajan a nivel mental, emocional y espiritual.
Nos recuerda vivir en el momento presente, manteniendo las posturas y explorando el poder del aquí y el ahora.
Energéticamente ayuda a que vuelva a fluir la energía en nuestro cuerpo y a remover la energía estancada, moviendo la energía del Chi y promoviendo la buena salud de nuestros órganos.
Algunos beneficios del Yin yoga son:
- Ayudar a calmar y equilibrar la mente y el cuerpo
- Regular la energía en el cuerpo
- Dar mayor flexibilidad, especialmente en las articulaciones y el tejido conectivo
- Ayudar a reducir el estrés
- Liberar la fascia en el cuerpo
- Ayudar a la relajación
Se utiliza en trastornos de adicción y ansiedad.
El Yin yoga esta basado en los principios taoístas del yin y el yang, principios opuestos y complementarios en la naturaleza. El yin representa la parte femenina, estable, inmóvil, pasiva, fría y en movimiento descendente, frente al yang que es la parte masculina, cambiante, móvil, activa, caliente y ascendente. En nuestro cuerpo son yin los tejidos conectivos relativamente rígidos (tendones, ligamentos, fascia), en cambio son yang los músculos y la sangre que son mas móviles y flexibles.
En la practica del yoga las asanas mas pasivas son yin, mientras que las mas activas y dinámicas y que generan calor son yang.
A la hora de practicar el yin yoga se recomienda hacerlo cuando los músculos están fríos porque entonces son menos elásticos y transmiten más estrés al tejido conectivo. Como no se va a generar calor en la practica del yin yoga, la temperatura de la habitación ha de estar un poco elevada para ayudar a la relajación.
El yin yoga puede ser una preparación para un yoga mas activo o como forma de relajación de una practica de este.
Es una práctica apta para cualquier edad y condición física, resultando adecuada incluso después de una enfermedad o intervención. Y resulta especialmente beneficiosa en personas con problemas de espalda y cadera.
Aunque es una practica realizada mayormente por mujeres, es igualmente beneficiosa para hombres ya que aumenta la flexibilidad, incluso puede aumentar la fertilidad y previene algunas lesiones para quienes realizan otros deportes.